Vivienda sostenible: La tecnología para eliminar la humedad ascendente

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La humedad ascendente por capilaridad es una patología frecuente en viviendas antiguas con ausencia de aislamiento entre el terreno y los cimientos. Las moléculas de agua tienen la característica de permanecer unidas por la fuerza de cohesión a otras moléculas de materiales diferentes, que sumado a la porosidad de los materiales de construcción convierten a las viviendas en verdaderas esponjas absorbentes.
Además existe una alteración eléctrica en el muro que influye en las moléculas de agua. Los muros funcionan como una batería con una diferencia de tensión eléctrica que puede variar de 50/60 mV a 400/600 mV. ¡Amplificando el ascenso de la humedad hasta 100 veces!
Los muros húmedos pierden hasta un 80% de capacidad aislante causando grandes pérdidas térmicas
La humedad capilar es responsable del deterioro de los inmuebles y si no se soluciona, pueden volverse inhabitables. Una humedad muy alta en el aire tiende a reducir el confort de vida: los olores desagradables aparecen en el aire, la ropa, cortinas, muebles, etc. El moho en las paredes es un problema aún mayor, sus esporas son muy volátiles y al respirarlas pueden introducirse en el tracto respiratorio y así causar una serie de enfermedades graves tales como resfriados, alergias, infecciones pulmonares, etc.
La estética finalmente es el problema visual que se produce con la pintura, sales y el desprendimiento del revestimiento que se repite de forma continua incluso después de realizar reparaciones y renovaciones, debido a que no ha sido detenido nunca el flujo de humedad.

La física ha desarrollado una tecnología que soluciona permanentemente el problema
Afortunadamente, la física ha desarrollado una tecnología que soluciona permanentemente el problema, una tecnología que a nivel europeo lleva años funcionando. En vez de colocar una barrera al agua, se ha incidido en la raíz del problema: anular la capacidad del agua de ascender por los capilares del muro.
Mediante un sistema electro-físico, provee al conjunto del edificio de una protección que invierte el flujo de corriente que transporta las moléculas de agua desde el terreno hacia los muros simplemente anulando la tensión eléctrica. De esta forma la humedad presente en el edificio regresa al terreno por gravedad, garantizando el secado de todos los muros afectados por la humedad por capilaridad, desaparecen los olores a humedad, se reduce la humedad relativa del aire, aumenta la capacidad de aislamiento térmico de las paredes y consecuentemente se reduce el consumo de energía alcanzando hasta un 5% de ahorro en calefacción.
artículo publicado en: Periódico Bioeco actual