Gracias al avance de la física se ha desarrollado una tecnología que por primera vez sí es una solución permanente y efectiva en el tiempo, patentada desde Suiza lleva años funcionando en todo Europa y gran parte del mundo. Hablamos de un avance científico que ha cambiado el enfoque de cómo solucionar la humedad por ascenso capilar. En vez de colocar una barrera al agua, se ha incidido en la raíz del problema: anular la capacidad del agua de ascender por los capilares del muro venciendo a la fuerza de gravedad.
Mediante un
dispositivo inalámbrico, proveemos al conjunto del edificio de una protección que
invierte el flujo de corriente que transporta las moléculas de agua desde el
terreno hacia los muros simplemente interrumpiendo la carga eléctrica de los
muros. De esta forma la humedad presente en los muros regresa al terreno por
gravedad y así garantiza el secado. Con este nuevo sistema podremos frenar el deterioro acelerado al que están expuestos la mayoría de
edificios antiguos, desde iglesias hasta viviendas unifamiliares, dándoles la mejor solución que existe a día de hoy.
¿Otro sistema de electroósmosis más?
Definitivamente NO. La empresa Suiza Biodry ha desarrollado un dispositivo biológico, a diferencia de otros dispositivos eléctricos que se conectan a la red, el dispositivo Biodry es independiente, no requiere de un aporte eléctrico para que funcione.
Los sistemas electroosmóticos inducen un campo eléctrico artificial (como un teléfono móvil, un router wifi, una antena de radio, etc.), generando una onda que proyectan hacia las moléculas de agua de los muros haciendo que se despeguen de los capilares a base de una proyección constante y activa sobre la molécula de agua (sobre los átomos de hidrógeno exactamente), al cual el cuerpo humano está en continua exposición,
Biodry en cambio, es un sistema biológico, no genera ninguna onda artificial. Funciona como una antena autosuficiente, la cual capta frecuencias eléctricas de origen terrestre (radiación eléctrica) que lo hacen funcionar, entra en frecuencia con las mismas y genera una onda en dirección opuesta. Al hacer chocar una onda de una frecuencia concreta con otra de su misma forma pero en dirección opuesta, la resultante es 0, es decir, la anulación de dicha frecuencia. Como resultado, la tensión eléctrica a la que estaban expuestos los muros de la construcción desaparecen y gracias a ello, las moléculas de agua reducen su tensión superficial haciendo que sean incapaces de sostenerse en los capilares de los muros y por tanto regresa toda la humedad al terreno de una manera física (por la propia fuerza de gravedad) y con la mayor eficacia jamás lograda hasta la fecha.
De este modo, sin incidir directamente sobre el agua, sino sobre el medio de transporte que tiene el agua por el muro, se logra el mejor resultado de deshidratación que pueda existir en el mercado.
Gracias a que trabaja con frecuencias de bajísima intensidad (no requiere una gran cantidad de energía, sino precisión de reloj Suizo) y gracias a la calidad y composición de sus componentes no electromecánicos, se estima una vida útil de 100 años, algo impensable para cualquier otro sistema electroosmótico del mercado.
Una apuesta por una energía renovable, con la que se está logrando los mejores resultados.
¿Por qué logra los mejores resultados del mercado?
Muy sencillo, la onda eléctrica que Biodry anula y la misma con la que funciona el dispositivo, es la responsable directa de que el agua pueda ascender por los capilares ya que esas perturbaciones eléctricas que vienen desde el interior de la corteza terrestre son la culpables de crear el campo eléctrico suficiente para que aparezca el flujo electrosmótico en los muros y el agua pueda comenzar a subir. Si anulamos el campo eléctrico, el agua pierde la capacidad irremediablemente de poder ascender por los muros contra gravedad.
Cuando un sistema trabaja con los medios adecuados en el sitio adecuado, los resultados son inmejorables. Por esa razón, la tecnología biodry es inimitable e insuperable.
